El Colgado
Después de haber sido juzgados, siendo responsables de nuestros actos ahora aprendemos tras esta puerta, que no siempre hay que estar en acción o tomar acciones, en ciertas ocasiones, debemos estar quietos. Cuando ya todo se complica y escapa de nuestro control, como si un castigo fuera para nosotros, debemos aprender a ver las cosas desde otro punto de vista, a sacrificarnos si es necesario y tomar ese tiempo de reflexión o meditación oportuno para avanzar. El colgado ha estado luchando por soltarse de ese árbol sin éxito, ya cansado y agotado de su lucha se rinde, y en vez de actuar físicamente, comienza a actuar su mente y piensa, medita y le da vueltas a la cabeza. En esta meditación olvida su cuerpo y se le enciende la luz, comienza a ver las cosas de otro modo o punto de vista, le llega la iluminación que le libera por fin. Podríamos añadir en esta puerta, que las limitaciones no solo son físicas, también existen limitaciones mentales, que debemos ver y entender que están en nosotros para darles la vuelta y liberarnos de ellas.

